jueves, 8 de octubre de 2009

LEY DE MEDIOS

Gente: mañana se va a debatir en el Congreso la aprobación o no de la Nueva Ley de Medios. Más allá de la opinión que cada uno tenga alrededor de esta ley (las cuales considero todas igualmente válidas y respetables) creo que como actuales y futuros comunicadores es un tema del que no podemos dejar de hablar.
Paso la pelota a todos auqellos que quieran expresar su postura, la presencia en los medios de este proyecto, el grado de interés de los estudiantes, etc..
Saludos a todos. Vuelvo a dejar la pluma en el tintero...¿quién la agarra?

1 comentario:

  1. Yo la agarro señora Lucía, sin el mínimo interés de hegemonizarla sino con la intención de potenciarla.
    Coincido totalmente que, como futuros comunicadores, no podemos dejar de tener en cuenta esta ley, ya sea para criticarla, apoyarla o posicionarse en su contra.
    Particularmente, siento que la distribución de los servicios audiovisuales ha llegado a un punto de concentración extremo y me parece coherente que un gobierno (elegido democráticamente más allá de estar de acuerdo o no) plantee una reforma concreta en este tema.
    Ahora: ¿Es un cambio revolucionario en materia de comunicación? Yo creo que sí lo es, como lo fue la estatización de Aerolineas Argentinas. Pero del cambio a la gestión correcta hay un paso enorme del que no nos tenemos que olvidar.
    Estar en contra de una ley por pensar que en un futuro será utilizada a favor de una corriente política es igual a no probar la pizza porque en el futuro podría producirnos un atracón. Desestimé esa postura hace mucho tiempo y este proyecto se ha convertido para mí en una ley trasformadora y más inclusiva de la que está actualmente en vigencia que fue la que le dio vía libre a los grandes monopolios medíaticos para concentrar gran parte de la información del país.
    Por eso, apoyo a esta nueva ley de servicios audiovisuales no sin criticarla en alguno de sus puntos pero sabiendo que es una renovación necesaria y fructífera para la democratización de los discursos argentinos.
    Sin embargo, y retomo la idea de unos párrafos más arriba, creo que, de aprobarse el proyecto, será necesario que la población argentina sea crítica y consciente de cómo se manejará el poder mediático desde el gobierno y, a su vez, velar y luchar para que cuando asuma el nuevo parlamento la ley sea mantenida y no atacada por una oposición que con respecto a este tema, en su gran mayoría (con excepciones claro está), se ha vuelto defensora de los grandes empresarios y enemiga de las clases populares.
    Sin más que aportar (por ahora) y con la fe en que mañana una nueva etapa de la comunicación argentina sea inaugurada, le paso la pluma a quien quiera tomarla para seguir construyendo juntos.

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